
¿Por Qué Existimos?
Todo comenzó cuando me di cuenta de que las empresas familiares perdían oportunidades por falta de planificación a largo plazo. Vi cómo negocios prósperos tomaban decisiones reactivas en lugar de estratégicas.
Mi padre tenía una carpintería en Vigo. Cada año compraba material sin planificar, gastaba en enero lo que necesitaba en julio, y siempre andaba estresado con el dinero. Cuando le ayudé a crear su primer presupuesto trienal, todo cambió.
Esa experiencia me enseñó algo fundamental: la planificación financiera no es solo matemáticas. Es tranquilidad mental, es poder dormir sabiendo que tu negocio tiene futuro.
